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    La voz de los más humildes es agendada por la joven política y candidata al Concejo Municipal de Pereira Sara Cardona Marín

    Una de las cosas que más se admira en un político o política es la honestidad, humildad, modestia y sencillez.

    Una de las cosas que más admiramos de las personas que aspiran abrirse camino en la política es la humildad, como ética fundamental en ese largo y difícil camino propio de la soberbia y de la arrogancia. Que se acerca más al populismo que al realismo. Lo que significa la tendencia a prometer o defender los intereses y aspiraciones del pueblo y después si te veo no me acuerdo.

    Pero hoy vemos a una joven candidata al Concejo Municipal de Pereira recorriendo los sectores, corregimientos, barrios y una variedad de rincones de la ciudad. Estamos hablando de la señorita y joven política Sara Cardona Marín del Partido Político Colombia Renaciente 7, que tiene la ilusión y la esperanza con esa humildad que le caracteriza para poder ayudar a los más desprotegidos y abandonados del municipio.

    Agendada todas las necesidades de las personas en esos sectores en la visita de la joven política es muy importante explicar que todo no se puede solucionar en una legislatura. Son tantas las necesidades de la población que se necesitarían años y poder político para poder erradicar sus problemas. Pero el conocimiento de sus necesidades y el interés de la joven política al menos es una voz de inicio, visualización y denuncia de esta problemática actual.

    Ella recogerá siempre con humildad e ilusión todas las opiniones sobre las necesidades de esos sectores, corregimientos, barrios y rincones de la ciudad. Que sin ninguna duda llevará la voz de estos ciudadanos al Consistorio Municipal para hacer sentir que existen o forman parte de la ciudad.

    La política tradicional jamás se ha caracterizado por ser un terreno fértil para la humildad. Parte de los problemas de una determinada concepción de la democracia representativa reside en prácticas arrogantes y actitudes pretenciosas de algunos de nuestros representantes. Estos déficits son, muchas veces, algo más que una conducta personal y reflejan la punta del iceberg de la corrupción en la gestión honesta de los recursos y las responsabilidades. Y también una concepción de la autoridad política basada en los privilegios y no en el servicio público. La humildad se opone a la autosuficiencia, a la arrogancia, a la soberbia, valores más propios de los autoritarios que de los demócratas. De los reaccionarios más que de los innovadores.

    La joven política Sara Cardona Marín está muy lejos del populismo. Los que la conocemos vemos en ella verdad, amor, ilusión, esperanza y realidad. El término «populismo» como todos sabemos se suele usar de forma retórica en sentido peyorativo con la finalidad de denigrar a los adversarios políticos, según algunos políticos tradicionales, pero la realidad los deja al descubierto hasta el punto de identificarlos como populistas y demagogos. Estamos pisando una época difícil hoy en día porque la gente no entiende de derecha ni de izquierda, entiende de soluciones. Y un aliento amiga que les ayude a darles voz en la administración es suficientemente fuerte para reivindicar sus derechos y necesidades como ciudadanos y ciudadanas del municipio.

    La humildad de Sara Cardona Marín, entendida también como reconocimiento, fortaleza y realismo, puede percibirse en el acercamiento a los más humildes. Así lo vemos desde la prensa y desde la realidad que expresan los ciudadanos y ciudadanas pereiranos, precisamente en esta campaña política, la joven candidata, además de asistir y acompañar en los barrios, reuniones o asambleas a los más humildes, exhibe su juventud, cariño, afecto y amor sin pudor o arrogancia. Al contrario, respira amistad, seriedad, responsabilidad y humildad. La honestidad y su modestia es lo más característico de la joven política.

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