Después que ocurriera la explosión en el puente que une la península Crimea con Rusia, esta madrugada una ola de ataques en Zaporiyia con bombas cayendo sobre Kiev aterroriza la población ucraniana. Moscú mueve ficha y a esta hora más si cabe es imprevisible. La respuesta de Rusia a la destrucción parcial del puente de Crimea el pasado sábado está siendo sangrienta. Ucrania ha amanecido este lunes con el impacto de misiles y cohetes en varias ciudades del país, al que el Kremlin responsabiliza del ataque al estratégico puente. Vladímir Putin reunió al Consejo de Seguridad. Lo convocó de forma urgente horas después de la explosión en el puente de Crimea.
El presidente de Ucrania es considerado por muchas naciones occidentales y orientes como un provocador, Volodímir Zelenski, no ha vacilado en pedir constantemente que Europa y Estados Unidos se impliquen de una manera más directa en el conflicto bélico. También ha subrayado en su último discurso a la nación que el «terror misilístico» de Rusia contra la población civil es la prueba y la evidencia de que su presidente no quiere la paz ni negociar. La guerra está en un punto crítico, con la amenaza nuclear siempre latente.
El mandatario ruso ha confirmado que se trata de «un ataque masivo con armas de alta precisión y largo alcance» y ha advertido que «si continúan los intentos de llevar a cabo ataques terroristas» contra su territorio, las respuestas serán «duras y de una escala que corresponderá al nivel de las amenazas contra la Federación Rusa».
De momento se han contabilizado once muertes a causa de los bombardeos rusos en Kiev y el suministro de electricidad se ha visto interrumpido en casi todo el país. Hay problemas con el suministro de agua en ocho regiones. El gobierno, junto con todos los departamentos responsables, ha iniciado la implementación de un plan operativo para la reparación de aparatos dañados», han informado fuentes cercanas en Ucrania.
Shmigal ha destacado que ya se ha podido restablecer el suministro de energía en Sumi, mientras que continúan las labores en Yitomir y Járkov.
El secretario general de la ONU, António Guterres, se ha mostrado bastante preocupado y profundamente impactado por los ataques perpetrados este lunes por las fuerzas rusas sobre distintas ciudades de Ucrania. «Como siempre, los civiles pagan el precio más alto» del conflicto, ha lamentado Guterres, en un comunicado en el que ha deplorado el «extenso» daño sobre zonas urbanas y las decenas de víctimas que han dejado estos ataques con misiles «a gran escala».