Comparar la violencia contra la infancia con la violencia de género es de ignorantes
La crueldad y la manipulación de la extrema derecha para ir en contra de sus rivales políticos no tiene límites. Utilizan las víctimas y sus desgracias como arma de odio y violencia verbal contra el gobierno de este país. Estos fascistas no van a tener el estereotipo a la vista de Hitler o Mussolini. Su manera de actuar hoy es la confusión, el bulo y la manipulación, entre otros. Una sutileza estratégica premeditada de derribo y acoso con aquellos que piensan diferente. No van a tener ese gesto duro militar, sino la violencia verbal, la bronca y la crispación como fórmula para combatir a sus rivales y para tapar sus propias vergüenzas fascistas.
Estos señores son politiqueros que hablan de todo aquello que la mayoría quiere escuchar. Sobre bondad, familia, buenas costumbres, religión y ética. Son ángeles convertidos en demonios ensuciando lo que está limpio para que otros vuelvan a limpiarlo, pero son tan ilusos que piensan que son pocos los que van a notar que son franquistas, pero lo no se imaginan es que son millones de ciudadanos los que perciben que la historia se está repitiendo en España. Eso sí, todo tiene un límite porque no se puede permitir la violencia y el odio en política porque es muy peligroso. Es cierto y bastante claro, que el ejercicio de la violencia incide en que a la extrema derecha hay que combatirla con argumentos sólidos, honestos, serios y reales. Además, Unidas Podemos expresa también que combatir a la extrema derecha es un trabajo de todos los partidos políticos incluido el PP, porque la extrema derecha es un riesgo asociado a regímenes totalitarios de épocas pasadas en España
Es muy importante saber lo que está pasando porque está forma de actuar de Vox es muy peligrosa. No hay que ir muy lejos para entenderlo el comportamiento a nivel individual de muchos militantes puede ser agresivo a no ser que expresen sus ideas implícitamente en sus campañas políticas. Estos partidos de extrema derecha tienen una tradición de uso de la violencia, odio y agresividad en todo Europa. La detención de 14 miembros del partido de ultraderecha Amanecer Dorado en Grecia vuelve a abrir el debate en España sobre si deben ilegalizarse formaciones de corte neonazi o fascista.
A estas formaciones políticas de extrema derecha muchas veces tenemos que recordarles que existe la ley y que la normativa es un clara en ciertos casos de delitos. Un partido político será declarado ilegal cuando su actividad vulnere los principios democráticos, particularmente cuando con la misma persiga deteriorar o destruir el régimen de libertades o imposibilitar o eliminar el sistema democrático. También es cierto que hay que ser serios a la hora de aplicarlo, porque el Derecho penal democrático es un Derecho de los hechos y no del enemigo o del posible riesgo o peligrosidad social, como se decía durante el franquismo.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, es una persona muy comprometida con los derechos y libertades en este país. La ministra más feminista de todos los tiempos en España ha respondido con rotundidad y firmeza en el Congreso de los Diputados a la extrema derecha (Vox). «Que dejen de enfrentar a las víctimas” de los distintos tipos de violencia, en respuesta a las críticas de la diputada María de la Cabeza Ruiz sobre su supuesto “silencio” respecto a la niña de seis años asesinada presuntamente por su madre en Gijón. Según Ruiz, la ministra “mira para otro lado” ante “el asesinato de una niña de seis años» cometido» a manos de su madre para vengarse de su expareja” Es aquí la polémica de como Vox manipula, lástima y utiliza el dolor ajeno como arma política para acosar a la ministra de igualdad del gobierno de España. Ésta es una acción cruel y despiadada propia sin ninguna duda de la extrema derecha de este pais. Igualar la violencia contra la infancia con la violencia de género es de ignorantes o de manipuladores sinvergüenzas. Es lamentable, doloroso y muy preocupante cualquier asesinato, pero es mucho más grave utilizarlo para beneficiarse políticamente o para atacar con ese dolor ajeno a sus rivales políticos.