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    Antiguos dizque socialistas con el ultraderechista José Maria Aznar hacen oposición con una dura postura y su mano derecha de opinión mediática al presidente Pedro Sánchez y a su gabinete socialista

    Estos señores socialistas se creen dioses de un partido que no les quiere porque están sobrados de razones para despreciarlos.

    Mientras el Partido Socialista Obrero Español avanza del estancamiento al que ha sido sometido durante décadas. Un grupo de militantes antiguos, supuestamente, socialdemócratas contrarios al nuevo PSOE hacen oposición junto Aznar del PP al actual Secretario General del partido socialista Pedro Sánchez Pérez Castejón.

    Felipe González expresidente del gobierno, Alfonso Guerra exvicepresidente, Nicolás Redondo Terreros exdiputado socialista, hoy expulsado de su partido y Joaquín Leguina expresidente de la Comunidad de Madrid, todos unidos al ultraderechista José Maria Aznar, militante del Partido Popular y expresidente del Gobierno de España desde 1996 a 2004. Un señor que nos metió en una guerra en Irak, que nos mintió con los atentados del 11-M del 2004 con un terrorismo islámico y su puñalada a la democracia de este país, acusando de este atentado a Eta para tapar sus vergüenzas y mostrando sin sonrojarse con soberbia y sangre fría con las victimas del atentado terrorista. Un exdirigente político impulsor inequívoco de un período de privatizaciones y extravagancias políticas en el país. Un señor involucrado en un gobierno de corrupción sistemático e institucionalizado, que buscó siempre el desencuentro, el fascismo, la crispación, la manipulación y la mentira. Un expresidente de lo peor valorado en España y en Europa, sobre todo un pésimo gestor del país. En resumen el peor presidente de España en la democracia española.

    Lo más triste de este grupo dizque socialdemócratas es la dura postura y su mano derecha de como se dirigen a la hora de hablar del Presidente del gobierno Pedro Sánchez y del gabinete socialista. La poca discreción que han tenido con respecto a asuntos tan importantes como los pactos políticos con los demás grupos políticos y la falta de respeto para con la actual militancia de su partido político. Nadie dispara tan fuerte como ellos a la hora acusar o de defenderse. Estos señores se creen dioses de un partido que no les quiere porque están sobrados de razones para despreciarlos.

    Cada que hablan contra el Ejecutivo socialista y sus negociaciones con Puigdemont para conseguir la investidura nos damos cuenta que cada vez más se alejan de la democracia. Ellos saben perfectamente que la militancia ya no los admira ni les aprecia, al contrario, los desprecia por vuestra incapacidad de tolerancia política y por no saber transmitir e ilusionar en la lucha para consolidar el Estado de Derecho en este país. Estos señores tienen que saber que se encogen cada vez que deciden dictar doctrina sobre cómo utilizar y manejar la democracia en España.

    Hay que decirlo con contundencia y en voz alta: que las palabras de estos señores les gusta a la derecha y la extrema derecha, porque reflejan un daño mediático que hacen de sus opiniones contra Sánchez un comodín para los ultras y una violencia verbal contra la convivencia en España.

    Estos apagados líderes que brillan por su ausencia en España y que se activan siempre para atacar a sus compañeros de partido con sus polémicas opiniones. Vista esta manipulación los socialistas saben perfectamente que no están lanzadas para trabajar por el orden social sino para distorsionarlo, como tampoco se sabe como trabajan sus conciencias sabiendo que tienen sueldos millonarios gracias a un partido y a una militancia que se partió la cara en su día por ellos. No se les olvide que personas como ustedes han dirigido el país y todo con mano de hierro y sin dar explicaciones absolutamente a nadie.

    Esta semana que acaba ha sido horrible para Alberto Núñez Feijóo. Entre el fan del protagonismo de José María Aznar y Alejandro Fernández le reventaron la estrategia, que consistía en alargar al máximo el relato de que podía ser investido presidente del gobierno. Pero cuando el martes Aznar hizo el llamamiento contra la amnistía, todo el castillo de naipes se derrumbó y obligó a poner el partido en modo oposición a dos semanas para el debate de investidura. Y, claro, Feijóo ya sabe que los días 26 y 27 no se podrá presentar como presidenciable, sino como jefe de la oposición, cuyo discurso ya le han escrito desde la Faes: España se rompe y Sánchez es un traidor.

    La bola de nieve de la amnistía también amenaza con cargarse uno de los objetivos principales de Feijóo antes del día 26, que era desmarcarse de Vox. Tener sus votos para no hacer el ridículo de la mesa del Congreso, eso sí, pero sin compromiso a cambio. Ahora mismo Feijóo duda sobre si debe ir o no a la manifestación de Barcelona del 8 de octubre organizada por Societat Civil Catalana. Para él es una convocatoria trampa. Haga lo que haga pierde. Si va, tendrá la foto incómoda con Santiago Abascal que quiere evitar. Y si no va será señalado como un tibio y un cobarde, mientras que Isabel Díaz Ayuso será vitoreada como la líder auténtica de la derecha española.

    Dejando un poco las mentiras y la revoltura de un PP a lo que ya nos tiene acostumbrados en España. Pasamos a escuchar a Felipe González en Sevilla que es también un poco de lo mismo. El expresidente del Gobierno y líder histórico del PSOE recibía de manos de Juanma Moreno un premio por su relación con Iberoamérica y llegaba a la capital andaluza en plena tormenta política con la Ley de amnistía de Cataluña y la expulsión de Nicolás Redondo Terreros por sus críticas a Sánchez y sus pactos. Hubo que esperar, pero, finalmente, fue claro en su crítica, una más como siempre, su visión desde su punto de vista según él la deriva del actual PSOE y de Pedro Sánchez no le gusta al expresidente.

    Horas antes de su intervención, y pese a que la ministra María Jesús Montero presumiera ante las críticas de Alfonso Guerra -presente también en el acto de anoche, de que en este PSOE, quien se mueve sí sale en la foto, la Ejecutiva Federal socialista había aprobado el lunes la suspensión de militancia de Nicolás Redondo, histórico representante del socialismo vasco e hijo de Redondo Urbieta, líder de la UGT, pero que en su día defendiera a Ayuso y despreciara al PSOE ha recibido su gran premio la expulsión del partido. Está bastante claro y bien justificado el transfuguismo ideológico de Nicolás Redondo en contra del PSOE y a favor del PP.

    Según Felipe González dejó en evidencia las formas de Sánchez y de este PSOE al ser abordado por la prensa para que valorara la expulsión. «Nicolás Redondo padre me convocó una huelga general siendo parlamentario. ¿No se acuerdan verdad? Por la reforma de las pensiones. Y nunca, nunca se me ocurrió pensar que eso se penalizaba con la expulsión. Y eso que era una cosa seria, no era una opinión». Así de contundente fue González sobre Sánchez y sus formas de dirigir el partido sin ni siquiera nombrarlo. Su intencionalidad es propia del PP porque la manipulación de González de lo que dice contra el PSOE es completamente erróneo y bastante equivocado.

    Le recordamos a González que no es lo mismo traicionar un partido político que defender unos derechos que merecían los trabajadores y pensionistas de aquella época. Debido a su negligencia y al abuso de su gobierno de ese entonces. No le quedó más remedio a la Ugt y su Secretario General de convocar dos huelgas generales. Nicolás Redondo Terreros no le da ni en las uñas a la lealtad de su padre esa es la diferencia señor González.

    Es lógico señor González que al PSOE se le agotará la paciencia y expulsará al exsecretario general del Partido Socialista de Euskadi Nicolás Redondo Terreros por su «reiterado menosprecio» a las siglas del partido, según han informado fuentes socialistas.

    La ruptura llevaba tiempo fraguándose. La Ejecutiva Federal del PSOE tomó la decisión el lunes, tras abrir un segundo expediente disciplinario contra el exdirigente vasco, que ya había sido expedientado en septiembre de 2021 por participar en un acto de campaña de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso (PP). El PSOE aceptó las alegaciones presentadas a ese expediente por Redondo, pero no dudó en expulsar del partido al expresidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina, también presente en aquel acto de campaña.

    Un momento idóneo para decirle a la cara y de frente a este sinvergüenza derechista sus verdades y realidades.
    Pepe Romero, el exugetista y exconsejero de Trabajo, se dirige a Felipe González y tras asegurarse que le recuerda, le dice, “nos duele lo que dices». «González debería plantearse a cuántos ha hecho sentirse traicionados y por qué solo recibe el aplauso de la derecha»

    El segundo expediente llega a raíz de la disconformidad expresada por Redondo en los últimos días con relación a la posible aprobación de una ley de amnistía para los encausados del procés. En un artículo publicado el pasado 3 de septiembre en los diarios del grupo Vocento, el exdirigente socialista vasco señalaba que, si el PSOE accede a conceder ese perdón penal a los líderes independentistas, “será responsable de poner en paréntesis el periodo político más brillante de nuestra historia contemporánea”. “Seguirá llamándose PSOE, pero desde luego no será el partido de los años finales del siglo pasado. No puedo decir si seguirá siendo o no el partido de figuras socialistas significativas de aquel tiempo, pero desde luego el mío, no”, apuntaba. “La aprobación de una resolución jurídica de esta naturaleza para políticos fugados de la Justicia española convierte en irreconocible el partido al que me afilié hace más de 40 años.

    El exdirigente vasco como dijimos en párrafo anterior había mostrado su rechazo a la posible amnistía a los líderes del ‘procés’ y apoyó la movilización convocada por el PP para el 24 de septiembre.

    Nicolás Redondo ya no le importaba mostrar su punto más débil de su transfuguismo ideológico, en abril, durante un diálogo con el expresidente del Gobierno José María Aznar celebrado en Pozuelo de Alarcón (Madrid) mostraba claramente su afinidad y compromiso con los populares. Un transfuguismo que no cabe en ningún rincón del PSOE según miles de socialistas.

    El PSOE le ha comunicado este jueves la expulsión al exsecretario general del Partido Socialista de Euskadi (PSE) Nicolás Redondo Terreros (Portugalete, 65 años) por su “reiterado menosprecio” a las siglas del partido, según han adelantado a los medios de comunicación. Redondo Terreros, hijo del histórico líder de UGT Nicolás Redondo y que estaba alejado de muchas de las tesis de la dirección actual del PSOE desde hace unos años, había mostrado en los últimos días su rechazo rotundo a la posibilidad de que el Gobierno acepte impulsar la ley de amnistía que exigen los partidos independentistas catalanes para apoyar la investidura de Pedro Sánchez. El exdirigente vasco se había sumado así a las críticas expresadas por diferentes figuras históricas del partido, como Felipe González, Alfonso Guerra o Joaquín Almunia.

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