Las elecciones generales del 23-j de 2.023, en España castiga las fake news y a su ejecutor Alberto Núñez Feijóo. La deslealtad de Yolanda Diaz y los incumplimientos y vaivenes de Pedro Sánchez.
En estas últimas elecciones de 23-j de 2023, en España ha quedado claro que ha ganado la decencia política y la coherencia plurinacional de la sociedad española. Queda totalmente demostrado que se ha castigado la mentira, la traición y la deslealtad de los políticos.
También queda desmontada la gran manipulación de las empresas encuestadoras. Que hacen de las elecciones un juego de naipes a favor o en contra de X o Y partido para su rentabilidad electoral. Asimismo, el bipartidismo no sigue intacto como alternancia de uno u otro partido para repartirse el poder. Sólo es una pieza mas o una menos que no le da para la gobernabilidad del país. Los ajustados resultados electorales abren un incierto periodo de pactos para formar gobierno que podría desembocar en una repetición electoral a finales de año.
Los votantes de la derecha sin importarles las mentiras y las manipulaciones del Partido Popular y de su líder ejecutor de las fake news, Alberto Núñez Feijóo, le han dado su confianza y un débil apoyo. Este señor ha sido el ganador de las elecciones generales del 23-J, por número de votos y escaños (8.091.840 y 136, respectivamente), seguido del PSOE de Pedro Sánchez (7.760.970 votos y 122 escaños). Ninguno de las dos bloques cuenta con la fuerza suficiente para gobernar, aunque el escenario de los pactos resulta más favorable para Sánchez, que podría repetir gobierno con los apoyos que le invistieron en 2019.
El fracaso del Partido Popular y del centrismo según Feijóo deja claro la decencia politica de los españoles a la hora de castigar las fake news, paparruchas, noticias falsas o noticias falseadas al tipo de bulo de la derecha de este pais, que consiste en un contenido seudoperiodístico difundido a través de portales de noticias, prensa escrita, radio, televisión y redes sociales y que tiene como objetivo desinformar a un público en específico.
También es cierto que en estas recientes elecciones del 23-j, el Partido Popular (PP) ha experimentado un impulso significativo al beneficiarse de la desaparición de Ciudadanos y del declive de su socio de extrema derecha Vox, posicionándose en el primer lugar como partido ganador en estas elecciones. Por otro lado, el PSOE no sufrió tanto a pesar de tanto ruido, incumplimientos, deslealtades y vaivenes de su líder Pedro Sánchez, como a su compañero de camino, Sumar, el nuevo partido, que intentaba aglutinar a toda la izquierda y logró aplacar a Podemos para que también se uniera a la lista única, ha fracasado estrepitosamente a la hora de movilizar al electorado de izquierdas. Las mentiras, traiciones, deslealtades de Yolanda Diaz, los vetos a los líderes de la formación morada y la invisibilidad de Podemos en estas elecciones sin ninguna duda le han pasado factura.
Sumar no ha conseguido consagrarse como tercera fuerza política y ha ‘perdido’ 7 escaños y cero senadores, lo que significa un gran retroceso político para esa coalición de izquierdas. Se ha dejado por el camino casi 600.000 votos, el 19,8% del total de sus papeletas, las cuales, distribuidas por gran número de provincias en España, no han sido suficientes para convertirse en escaños y se han vuelto en la práctica estériles para Yolanda Díaz. Según estos resultados Podemos debe plantearse seriamente de manera inmediata, si continúa o no con esta coalición de Yolanda Diaz. El hecho de que probablemente el Gobierno de coalición progresista vaya a seguir gobernando no es óbice para señalar que Díaz y Sumar han sido un enorme fiasco en esta cita con las urnas. Mucho tendrán que cambiar las cosas para que recuperen lo que un día fueron.
La decencia política y la lealtad de los miles de votantes que apoyan a Irene Montero y a los dirigentes vetados por Yolanda Diaz, han dejado claro su molestia con la líder de Sumar en estas elecciones.
Los miles de votantes de la izquierda que castigaron a Yolanda Diaz en estas elecciones manifiestan claramente su decencia política, lealtad y su responsabilidad. Que se define como un valor moral asignado por una sociedad exigente, clara y responsable para referirse a sus integrantes, identificándolos en sus actitudes, y que tiene, entonces, “signos de aseo, compostura, recato y honestidad”. De aquí se infiere que un político pueda ser calificado como honesto, justo, leal, digno o que obra dignamente si cumple lo prometido. Así, también puede calificarse como un ser de buena reputación, o que se comporta de una manera decente a la hora de dirigir una organización política.
Aquello va implícito en un ordenamiento o un código social de de una parte de la sociedad, desde los albores de su integración como numerario a la hora de votar. Esto siempre se ha visto hoy en muchísimos países del mundo, hasta las sociedades más complejas que han demorado a través de los siglos. Lo que ha generado Yolanda Diaz con los activos políticos de Podemos dejándolos en el camino no es otra cosa que la traición y la deslealtad. Y eh aquí hoy pasadas las elecciones el riesgo de la aparición de la indeseable demagogia, de los cantos de sirena y de los ofrecimientos con sabor a deidad, es decir como portadores de una divinidad en beneficio de nosotros, los pecadores. Así es como se presenta la politiquería, ese morbo que toma la acción de bastardear los fines de la excelsa actuación política y no de la realidad que se presenta en la actualidad.
Hoy los de Sumar están eufóricos de cara al público, pero destrozados por dentro por la verdad que están viviendo pasadas estas elecciones del 23-j de 2.023. Una crónica o vaticinio que se presentó antes de la unión con Sumar por muchos militantes y votantes de Podemos como un fracaso anunciado desde su inicio. Aún así no sabemos si ellos quieren un gobierno hoy o que se repitan las elecciones generales este año. Cosa que lo ven más probable para que Podemos se presente en solitario nuevamente para liderar la izquierda de este país. Seamos positivos y optimistas es lo que ellos esperan. Las pocas opciones y esperanzas para continuar el gobierno de coalición es complicado, esperemos que en los próximos días se lleve unas negociaciones en privado como las que hizo, Pablo Iglesias Turrión, privadas y de altura, de honestidad y de decencia. No es mucho pedir y quien se salga de este andarivel quedará expuesto ante la faz de la sociedad como un energúmeno que no soporta las normas democráticas de una convivencia política y solidaria.