Ese pobre que hoy se queja. Es un rico que no se quejó ayer. Es una sinrazón hecha contra justicia y fuera de lo razonable, perfectamente disparatada.
Lo he repetido muchísimas veces que la contradicción forma parte del diablillo de las ideas, una paradoja de no deja de sorprender a propios y extraños en este planeta.
No considero sensato que los ricos convoquen a los pobres a manifestarse contra ellos mismos. Es una sinrazón hecha contra justicia y fuera de lo razonable, perfectamente disparatada.
La manipulación intencionada de los ricos que utilizan la perspicacia con su pueblo, palabra por palabra para engañar a los pobres ingenuos y confundirlos. Es algo que ocurre casi siempre, que sobrepasa lo indecoroso e indecente que les identifica. La descripción de las condiciones sociales en el capitalismo del Imperio fue una locura impresionante, que hoy intentan falsear disponiendo a su gusto patas arriba la realidad del pais. Una posverdad dirigida y orquestada por los ricos y los medios de comunicación afines al imperio capitalista, poniéndo la mentira siempre como la verdad en todo lo que dicen.
Aunque resulte un poco extraño es correcto decirlo cuando existe un interés partidista acomodado e interesado. Que ese pobre que se queja hoy. Es un rico que no se quejó ayer. Esta visión sobre el comportamiento de la clase baja es el tipo de fantasía que han tenido los ricos desde entonces. A veces se nos olvida el desprecio de muchos ricos por los menos privilegiados que tiene raíces históricas, las desigualdades sociales en sus procesos más profundos, la explotación al obrero sistemático e institucionalizado, y lo que es más grave aún, el desacreditar la pobreza y negar la existencia de los pobres. Ésto es lo que ha hecho los gobiernos anteriores que han gobernado Colombia desde hace 200 años.
Hoy Colombia si que tiene un verdadero gobierno decente, que busca hacer cambios en las políticas económicas para devolver al país al camino de la sostenibilidad. Cuatro años no son suficientes para lograr tantas metas, pero puede ser un principio para iniciar esa limpieza que tanto necesita el país, para empezar esas batallas y lograr al menos alguna meta. Una ventana que pueda ser adicional a otras más adelante. Este camino no es nada fácil pero si que es una fuente de esperanza, un espacio para ir dejando atrás el desastre que han dejado los ultraderechistas Álvaro Uribe Vélez e Iván Duque, Pastrana y César Gaviria, entre otros.
A estos movimientos de protesta se agregan dinámicas de origen única y exclusivamente político, concretamente, de derechas en un contexto de polarización política interesada, que confirma cómo la manipulación y la falta de rigor de la oposicion puede generar controversia o conflicto donde no lo hay.
Es incoherente e incomprensible que un gobierno con 51 días en el poder, pueda dar solución a problemas que llevan centenares de décadas sin solucionarse, por eso, cada día está más que claro que estas movilizaciones sólo buscan un interés político. Desestabilizar un país por intereses y orígenes ideológicos me parece una sinverguenceria y una irresponsabilidad enorme. Desde hace varias semanas se han venido anunciando las convocatorias para estas protestas, sin marcar una agenda concreta por qué se protesta o para qué estas manifestaciones: algo mal registrado en la memoria de los manifestantes de hoy, que tienen grandes diferencias con otras protestas contra el gobierno de Iván Duque Márquez.
Muchos hacemos ese paralelismo entre las masivas manifestaciones que estallaron en el 2021, contra el ultraderechista Iván Duque Márquez, a las que se hecho este mes de septiembre de 2022, a Gustavo Petro Urrego, que consideramos una verguenza y no un factor importante desestabilizador en el pais. Sabemos perfectamente que existe una coordinación dirigida por la extrema derecha de ese país caribeno, para atacar sin razon al gobierno de Petro. Desconocen por completo la capacidad del presidente, les molesta la inteligencia y el rumbo que está cogiendo el país.