Pedro Sánchez no debería ser presidente de España. Una izquierda débil se fortalece plantando cara a los cómplices de las guerras.
En medio del creciente conflicto en Gaza poco después, las autoridades palestinas informaron que 300 personas han muerto en las últimas 24 horas por los ataques israelíes. Una semana después de iniciada, la guerra deja 2.215 palestinos y 1.300 israelíes muertos. Y aún asi con este balance hasta hoy el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez Pérez Castejón, lamenta las víctimas de un bando desequilibrado la balanza a favor del genocida Benjamín Netanyahu.
El presidente español en funciones, ha asegurado este sábado que «esta España es una España amante de la paz» y que, por eso, los socialistas condenan con «rotundidad y sin ningún tipo de ambages el atentado terrorista de Hamás en Israel y también la muerte de israelíes». Durante su intervención en un acto del PSOE celebrado en Mérida, Sánchez ha exigido la «urgente liberación» de todos aquellos rehenes y cautivos israelíes. Lo que significa que ha quedado retratado como un cómplice de la barbarie muy cerca al fascismo y muy lejos de ser un socialista y un demócrata. Pedro Sánchez no debería ser presidente de España. El apoyo para su investidura por los que dicen llamarse partidos de izquierdas no debe de producirse, simplemente, porque no se puede gobernar con un falso socialista que es cómplice de un genocida fascista de la extrema derecha radical israelí. Que está muy lejos de las democracias y de los demócratas occidentales.
Este señor sabe perfectamente que el nazi genocida Benjamín Netanyahu quiere hacer una limpieza étnica en Palestina porque lo que ha hecho en Israel no tiene nombre. Además ha ordenado la evacuación de más de un millón de palestinos en el norte, incluida la Ciudad de Gaza, instándolos a dirigirse al sur, hacia Egipto. Este éxodo palestino en Gaza es a contrarreloj con los peligros que conlleva estos desplazamientos con claves de la orden de evacuación israelí. Sin embargo, esta huida se produce mientras continúan los bombardeos israelíes en toda la región, y Egipto ha cerrado sus fronteras. La situación evoca temores a una nueva Nakba, recordando la tragedia de 1948, y refleja la creciente crisis humanitaria en Gaza.
Desde el punto de vista político la política de la UE es la expresión más concentrada de la economía globalizada sin importarles como lo hacen. Y la guerra es la continuación de la política por otros medios sin importarles las vidas humanas. Estos dos conceptos son claves para entender las «guerras» en Medio Oriente en las cuales está teniendo una participación cada vez más intensa el capital concentrado europeo a través de sus aparatos estatales.
El terrorismo internacional no es fundamentalmente una creación ficticia del estado norteamericano es una realidad. La lucha contra el comunismo es un argumento fallido que ya no tiene sustento. El capital concentrado norteamericano a través de su Estado necesita una excusa para atacar países como lo hace en Medio Oriente. La mayoría de los atentados que han «justificado» la «lucha contra el terrorismo internacional» son, en lo esencial, autoatentados. Esto se aplica desde el atentado a las Torres Gemelas hasta el último atentado en París. No se puede asegurar que no surjan en pequeña medida algunos movimientos terroristas en Medio Oriente. Pero la mayoría los promueven o inventan los servicios de inteligencias norteamericanos, israelíes, etc. Y además infiltran todo lo que surja. A esto hay que agregar que no es sensato creer que con toda la tecnología disponible no se puedan detectar estos movimientos antes de que cometan atentados; éstos son funcionales e imprescindibles para «justificar» el saqueo de otros países con métodos de guerra por parte de EEUU y otros estados asociados, lo que permite aún más asegurar que si no existiera el terrorismo norteamericano, no habría terrorismo.
No nos autoengañemos. Europa es nazi. El gobierno progresista de España, con su apoyo a Israel, es nazi. El judío Benjamin Netanyahu dijo públicamente y notoriamente que «Hitler no quería exterminar a los judíos», y por tanto es un judío nazi. Tú y yo somos nazis. Quitémonos las caretas. Estamos viviendo exactamente lo que se vivió con el nazismo en la primera mitad del siglo XX. La progresía burguesa y proletaria occidental dormita en actitud tan crítica como contemplativa. Cuánto daño han hecho a la revolución los sofás baratos de Ikea. Ser contemplativo ante el nazismo es ser nazi, por eso no hay nada que extrañar cuando la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Lyden, da respaldo al genocidio israelí sin ser entrullada inmediatamente por crímenes de guerra, mientras Julián Assange, por denunciar ante el mundo los crímenes de guerra perpetrados por el Ejército estadounidense, lleva cuatro años enajenado y enloquecido en una prisión británica. Y la sociedad biempensante escribimos muchos tuits y despotricamos contra muchas teles, pero nunca hacemos absolutamente nada nada para solventarlo.
Por tanto somos nazis por omisión aunque lo ignoremos o no le demos la menor importancia. No somos ni siquiera capaces de sacar del talego a Julian Assange, pero qué bien tuiteamos y despotricamos. Como los antinazis de salón que, con un té en una mano y un whisky en la otra, vieron pasar ante sus narices el auge del nazismo y se lavaron sin percatarse con aromáticos jabones fabricados con grasa de judíos muertos. «Ojo» todo esto pasa por nuestras narices lo que no te van a explicar en ningún Telediario para que la mayor parte de la población piense que es una guerra y no una limpieza étnica de palestinos y de que Israel solo se está defendiendo. Una mentira y una manipulación impresionante con cronología del bloqueo israelí a la Franja de Gaza: una realidad que lleva 75 años de invasión, ocupación, muerte y más de 15 años de fuertes avasallamiento económico, político y militar.
Oriente Medio es una región de gran importancia estratégica para el resto del mundo. Dada su situación geoestratégica, Oriente Medio ha sido un cruce de caminos de importancia histórica y sigue siéndolo aún hoy. Además de su importancia estratégica, el magnetismo cultural de Oriente Medio ha atraído grandes potencias extrarregionales a la zona durante siglos. Hoy, como en el pasado, Oriente Medio desempeña un papel importante en la política exterior de la Unión Europea. Sin embargo, la Unión Europea no tiene un enfoque único y general para la conducción de sus relaciones con Oriente Medio. En cambio, tiene un conjunto de políticas entrelazadas hacia subregiones específicas, países y áreas problemáticas. Entre estas destacan las relaciones euromediterráneas; el conflicto palestino-israelí; el diálogo UE-CCG; la cuestión nuclear iraní; las relaciones con Turquía; la guerra en Siria, entre otras. Este estudio se centra en la política de la Unión Europea en estos espacios y cuestiones que, hoy, siguen siendo temas de máxima actualidad regional e internacional.
Todos conocemos que Francia, Alemania, España e Italia son los principales exportadores de armas de la UE. En los últimos cinco años, los primeros clientes de Francia, fuera de Europa, fueron: Egipto (con un gasto de 6 400 millones de euros) y Arabia Saudí (que desembolsó 6 100 millones de euros), pero París también vendió armas a Emiratos Árabes Unidos, Argelia, Pakistán, Israel, Etiopía, Afganistán, (Burkina Faso, Venezuela y la República Democrática del Congo) entre otros países en crisis o en guerra.
Alemania exportó armas a Egipto, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, pero también a países como Sudán del Sur y Somalia. Algunas de las exportaciones de España e Italia se dirigen a los mismos destinos.
¿Cómo puede ocurrir esto? Los expertos coinciden en un punto principal: la aplicación de las normas es el eslabón débil de todos los tratados internacionales y leyes nacionales. La eurodiputada del Grupo de Los Verdes, Hannah Neumann, lo explica de manera muy clara.
«Tenemos una posición común sobre la exportación de armas de la UE, pero tenemos 27 interpretaciones nacionales, 27 sistemas de exportación y una creciente divergencia en las exportaciones reales de los Estados miembros», señalaba Hannah Neumann, diputada europea del Grupo de Los Verdes en el Parlamento.
La mayoría de las empresas europeas de armamento afirman que cumplen con los tratados internacionales en la medida en que lo exige su legislación nacional. Entonces, ¿quién es el responsable final de la exportación de armas a países en guerra?
Los Gobiernos conceden licencias de exportación a los fabricantes de armas y, a menudo, se benefician de las ventas. Así, ¿por qué deberían cumplir los tratados internacionales que regulan esas ventas?
«Una gran parte de la industria militar es de propiedad estatal. Y, siempre se intenta favorecer las exportaciones con acuerdos entre Gobiernos. O, se privilegia la posibilidad de que estas grandes empresas vendan incluso en situaciones, en las que los criterios ya mencionados en las leyes deberían impedirlo. Siempre hay formas de decir ‘no, pero en este caso, no se reconoce oficialmente la violación de los derechos humanos’, o ‘el conflicto no está declarado’. Este es el problema», señala Francesco Vignarca, miembro de Rete Italiana Pace e Disarmo.
El derecho a la vida es un derecho universal, es decir que le corresponde a todo ser humano. Es un derecho necesario para poder concretizar todos los demás derechos universales. El derecho a la vida significa tener la oportunidad de vivir nuestra propia vida y nadie, absolutamente nadie tiene derecho a quitarla. La violencia con armas de fuego puede robar a la gente su vida, su salud y su derecho a la atención médica.
A quienes viven en comunidades azotadas por la violencia con armas de fuego les puede resultar difícil o incluso peligroso el acceso a los centros de salud. Esto sucede especialmente en zonas en las que los barrios están divididos por bandas delictivas armadas o sometidos a toques de queda a causa de la inseguridad. Como también al sometimiento por un Estado terrorista como le pasa a los palestinos con el Estado genocida de Israel
La violencia con armas de fuego también puede disuadir a las autoridades locales y las ONG de organizar corredores humanitarios para salvaguardar a los civiles, servicios de salud comunitarios, y contribuye a la escasa retención de personal. Quienes sobreviven a la violencia de una encarnizada guerra a menudo carecen del apoyo psicológico esencial o el alojamiento seguro que necesitan en unos barrios azotados por esta clase de violencia.
Los efectos psicológicos de la violencia con armas de fuego desenfrenada suelen ser severos, especialmente para las víctimas, sus familias y las personas que han presenciado los bombardeos, metralla o disparos. Quienes sobreviven pueden sufrir heridas debilitantes que les cambian la vida y que requieren atención médica y social a largo plazo.
Denunciamos que llevar a cabo ataques aéreos indiscriminados en zonas densamente pobladas o ataques directos contra viviendas civiles provocará inevitablemente pérdida de vidas civiles y constituye una violación del derecho internacional humanitario.
No puede ser posible que el petróleo tenga mas interés que la vida de los seres humanos. Esta guerra y está ocupación Israelí es una forma de demostrar que la vida humana no vale absolutamente nada. Y que Europa y Estados Unidos son los directos responsables de este genocidio en Palestina. Si la UE y EEUU quisiera hacer algo ya lo hubiera hecho desde hace muchísimos años atrás “Lo que realmente podría afectar a Israel es la presión de la comunidad internacional y no lo han hecho” La semana anterior a que estallara el último ataque masivo contra Gaza, tras la ofensiva de Hamás contra Israel, una delegación de organizaciones de derechos humanos israelíes y palestinas viajaban a Madrid para alertar al Gobierno español, en el marco de la presidencia del Consejo de Europa, de la urgencia de presionar a un gobierno israelí desatado en su violencia contra los palestinos y no quisieron escuchar.
Esta delegación había llegado a la capital para alertar al Gobierno, durante la presidencia española de la Unión Europea, del clima creciente de vulneración de los derechos del pueblo palestino, con un Gobierno de extrema derecha de abiertos discursos racistas que se traducen en una radicalización de sus prácticas. Su intención era obtener una mayor presión de la UE sobre Israel revisando sus relaciones bilaterales. Realizada dos días antes de que, tras el ataque de Hamás, Israel respondiera con el bombardeo masivo de Gaza, la conversación apunta a algunas claves en las relaciones entre Europa y el estado israelí.
Faltaban menos de 48 horas para que empezara una de las ofensivas más mortales del ejército israelí contra Gaza después de un inédito ataque de Hamás tras lograr atravesar lo que parecía un muro blindado en un golpe a Israel que no tiene precedentes. El jueves 5 de octubre, la directora del Comité Público contra la Tortura en Israel, Tal Steiner, y la feminista y activista social Rafah Anabtawy, directora de la organización Kayan, concluían un viaje a Madrid en el que se habían encontrado con representantes del Ministerio de Exteriores. Lo hacían de la mano de Bernardo Kaiser, coordinador para Palestina de Euromedrights, una organización radicada en Bruselas que presiona a la Unión Europea y los Estados miembros para que se comprometan con los estándares internacionales de derechos humanos.
Mientras, la UE apoya a Israel abiertamente, planteándose incluso cortar la ayuda humanitaria, propuesta bloqueada por Luxemburgo, Irlanda, Dinamarca y España, no parece que las relaciones con el Estado dirigido por Benjamín Netanyahu peligren, ni siquiera tras la ofensiva desatada sobre Gaza, acompañada de discursos que remiten a un escenario de aniquilación.
Vista el compromiso armamentístico y la complicidad de Europa Amnistía Internacional afirma tener pruebas de que Francia ha vendido diferentes tipos de material militar a la coalición liderada por Arabia Saudí; desde artillería, hasta munición y vehículos de combate.
¿Está permitida la venta de armas europeas en todas partes y en todo momento? De hecho, no. La guerra y las violaciones de los derechos humanos son algunos de los criterios que, en teoría, deberían impedir estas ventas, según varios tratados internacionales.
Los principales acuerdos son: el Tratado sobre el Comercio de Armas de la ONU y la Posición Común Europea. Ambos regulan, de forma exhaustiva, las exportaciones de armas. Y se ajustan a los mismos principios.
«La posición común es jurídicamente vinculante, pero por el momento, la Unión Europea no tiene ninguna forma para hacerla cumplir. Son los Estados miembros los que deciden qué tipo de licencias conceden para la exportación de armas. Pero los sistemas de los países comunitarios son muy diferentes. Últimamente, esto crea muchos problemas porque hay muchas, muchas lagunas para las empresas. Y eso es, exactamente, lo que tenemos que corregir de manera política», declara Hannah Neumann.
La industria de Defensa es considerada un sector estratégico por los diferentes Gobiernos. A pesar de la pandemia, las ventas internacionales de armas se han mantenido cerca del nivel más alto desde el final de la ‘Guerra Fría’. Las importaciones de armas, por parte de países de Oriente Medio, fueron las que más crecieron en los últimos cinco años, impulsadas principalmente por Arabia Saudí (+61 %), Egipto (+136 %) y Catar (+361 %).
Aparte de la venta de armas que es una violación a los derechos humanos vemos en estos países la pelea por el petróleo en el Medio Oriente. Esa lucha por apoyar a EE.UU el país más terrorista del mundo. Seguido del genocida de Israel que es considerada la mayor vergüenza de Europa en los países orientales y en América Latina. Afortunadamente, en un plazo no muy lejano ese oro líquido dejará de existir y estos países tendrán que producir su propia energía para subsistir, acabándose definitivamente con los saqueos y los robos de los recursos naturales de otros países. Lo cierto es que el petróleo y sus derivados siguen siendo el pilar económico para países como Irak, Kuwait, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Omán o Irán. Sin embargo, el hecho de que el oro líquido sea un recurso limitado ha llamado la atención de Estados que, como Jordania, sin apenas recursos naturales, apuestan por las alternativas que ofrecen las energías renovables.
Nos encontramos ante la que es considerada como la Cuarta Revolución Industrial, que tiene como base los avances tecnológicos y digitales y que tiene lugar en un momento en el que los países de la región están creando oportunidades de negocio, inclusión y desarrollando nuevos modelos de sistemas sostenibles.
Precisamente, sobre la construcción de nuevas alternativas en el mercado energético, los problemas políticos derivados de los conflictos que asolan Oriente Medio y Norte de África y el extremismo se habló la pasada semana en el World Economic Forum, (WEF). Un encuentro anual que se celebró en el reino hachemí y que reunió a representantes de 50 Estados, 100 start-ups del mundo árabe y más de 1.000 líderes políticos, sociales, académicos y científicos, de los cuales 235 eran mujeres.
En conclusión: pasando al derecho internacional y a los crímenes de guerra y de lesa humanidad considerados muy graves por la Corte Penal Internacional. Los Estados árabes por una cuestión humanitaria y por el respeto a la vida humana deben denunciar esta barbarie en Palestina. Que se investigue, procese y, en última instancia, se impida inmediatamente esta matanza en Gaza por el genocida de Benjamín Netanyahu. Que se condene rotundamente la complicidad europea y el apoyo militar de EE.UU. Asimismo, se gradúe como crímenes internacionales la complicidad de estos países europeos, incluido, EE.UU como responsables de ese genocidio en Palestina. Porque la UE, por su pasividad e inoperancia, es en la práctica cómplice por omisión de las tropelías de Israel y no se exime de su responsabilidad.