Solo 44 días de asumir el cargo, Liz Truss, ha dimitido como primera ministra británica. Se convierte así en la jefa de gobierno más breve en la historia de su país. Tras llegar al poder planeaba una importante reducción de impuestos de unos 60 mil millones de euros, pero esas noticias no le parecieron bien a la mayoría de su partido, ni las principales instituciones económicas del país ni mucho menos a los mercados.
Liz Truss, entendió que era un callejón sin salida entonces cambio de opinión, además echó a su ministro de economía y por último pidió perdón, pero nada de ésto ha sido suficiente para seguir en el cargo, la crisis interna política ha desencadenado finalmente en su renuncia. Una renuncia en donde la gota que colmaba el vaso fue por un lado la dimisión un día antes de la ministra del interior y además ese mismo miércoles en el parlamento hubo un auténtico caos dentro, los parlamentarios conservadores por una votación de un tema sensible como el fracking en donde el gobierno pedía que fueran leales.
Truss deja una situación económica muy dañada por parte del Reino Unido. Los datos de inflación son los peores en décadas, crece el déficit, los tipos de interés, se devalúa de manera importante la libra esterlina y en ese mes y medio el Banco de Inglatterra ha tenido que realizar un plan para comprar activos de manera urgente. En ese sentido Truss ha dicho que va a seguir siendo primera ministra hasta que haya una nueva elección. El partido conservador ya ha dicho que esa elección será antes del 28 de octubre de este año.
Recordemos que Liz llegó al poder no a través de las elecciones ni tampoco a través del apoyo de los miembros de su partido, sino por medio de 200 mil afiliados. Mientras tanto, este jueves hubo una cumbre de los jefes de estado y de gobierno de la Unión Europea. La enésima para intentar salvar las importantes diferencias que hay sobre el tope del gas, limitar su precio y sobre la intervención del mercado enegetico y como rebajar las facturas de la electricidad a las familias y también a las empresas.
Una crisis energética donde hay diferentes puntos de vista, países bajos y Alemania creen por un lado que no hay que topar el precio del gas, porque eso supone un riesgo importantisimo ya que los productores de energía pueden irse a otros mercados y de esa manera se reduciría el suministro de energía a la Unión Europea, por otro lado también se ha mostrado contrario el primer ministro de Hungría, Víktor Orbán, que recalca una y otra vez más que el plan de Bruselas va en contra de muchos países, dice, y es un embargo total al gas para Hungría y que este suicidio económico realmente no favorece a Ucrania. Añadió el primer ministro.
En ese sentido semana tras semana va aumentando la tensión social y también económica en los países del bloque comunitario y el mayor reflejo es el último dato que conocíamos en Italia. Las tarifas de la electricidad que han aumentado en un año en un 136%. La situación en la Unión Europea es preocupante.