El presidente Gustavo Petro Urrego, ha dado un discurso excepcional y extraordinariamente firme en las Naciones Unidas en Nueva York, Estados Unidos.
Esa valentía demostrada por el mandatario colombiano sirve para entender mejor cuál es la naturaleza de su actitud frente a la vida. Y es que la gestión del miedo no es fácil, por lo que muchas veces un concepto equivocado sobre aquello en lo que consiste ser valiente puede llevar a ponerlo en situaciones indeseadas. En otras palabras, este panorama expresado por el presidente de Colombia, puede enfurecer significativamente a las élites capitalistas neoliberales del mundo. Aunque resulte chocante decirlo en tiempos de crisis, la respuesta a su discurso quizás no sea tanto cómo cambiarán sino que nuevos modelos surgirán para atacarlo.
En las sociedades libres y democráticas surgen héroes valientes que no le tienen miedo a nada ni a nadie. La lección magistral
secuencial, motivadora y precisa que dio el mandatario coolombiano al mundo es inpresionante. Mostró claramente los aspectos claves fundamentales para el sostenimiento del planeta y para supervivencia de la vida humana.
Enfatizar sobre el consumo cómo lo ha hecho Gustavo Petro es una forma de concienciar de cuáles son sus verdaderas consecuencias negativas en el planeta y en la existencia de la vida humana. En el siglo XX todos estos términos comenzaron a ser utilizados, debido entre otras cosas al incremento de la producción, la industrialización o la publicidad. Se trata de factores que, juntos, crearon la cultura de consumo. Es decir, se dio pie a que las personas tuvieran mayores productos y servicios a los cuales acceder. Esta diversidad de bienes y servicios en el mercado hizo que nuestro planeta diera un giro más profundo por la contaminación excesiva.
Hoy crece enormemente en todo el mundo un descontento total por el origen del consumo. Millones de personas cada día son más conscientes sobre el cambio climático. El creciente rechazo social a la globalización es un hecho y cada vez más gestores de instituciones internacionales no globalistas, piden a los políticos involucrarse de una manera directa y mucho más comprometida con las energías limpias, para la industrialización y para un consumo sostenible por el bien de nuestro planeta.
Cuando hablamos de industrialización y consumo, hablamos de plástico y petróleo. Lo que significa que el plástico se convierte en residuos que emiten metano y etileno por exponerse a la radiación solar en agua o aire. Pese a eso, cada año se producen en el mundo 380 millones de toneladas plásticas para diversos usos; de los cuales, 12.7 millones llegan a los océanos que dañan la vida de más de 700 especies.
El ser humano está acabando con su propio planeta, la naturaleza está desapareciendo a un ritmo sin precedentes en la historia humana.
Nuestro pulmón del mundo es una de las pocas zonas silvestres que quedan aún y en ella vive quizás una cuarta parte de las especies terrestres del mundo.
Los bosques y los ríos de la Amazonia son el hogar de una variedad extraordinaria de especies, algunas endémicas y otras en peligro, y muchas de las cuales todavía se desconocen. Todo ésto puede verse gravemente afectado a medida que la deforestación arrasa en la Amazonía brasileña y en otros países de la región alcanza niveles dramáticos y sin precedentes, las comunidades indígenas del país están cada vez más sitiadas, lo que refleja una tendencia observada en toda América Latina. Esta denuncia ante las Naciones Unidas del presidente de Colombia fue magnífica. La Amazonia alberga numerosos servicios ecosistémicos y es un enorme depósito de recursos para los países de la región y para la humanidad.
La deuda externa de Colombia una brillante intervención del presidente de los colombianos ante la Asamblea de las Naciones Unidas. Colombia se enfocará en combatir la alta deforestación, ejercer un mayor control sobre la industria del ganado y la carne, mientras que se le proponcione la condonación de su deuda externa a cambio de recuperar la naturaleza. Asimismo, manifestó en su discurso que la cocaína es “menos venenosa” que el petróleo y el carbón “La guerra contra las drogas ha fracasado” agregó el mandatario colombiano, al tiempo que acusó al “poder mundial” de declararle la “guerra a la selva por adicción al dinero”. Jamás un líder mundial había hablado tan claro y brillante como lo ha hecho el humilde presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, denunciando sin paliativos la guerra contra las drogas y el sistema capitalista.